TESAURO

CRONOLOGÍA

ARCHIVO F.X.

MÁQUINA P.H.

LA INTERNACIONAL

PEDRO G. ROMERO

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Yippie!

1936. Modelo de casamiento que los nuevos modos rojos quieren implantar para lo sucesivo. Basta con la presentación ante cualquier organismo popular y el enlace está consumado. Milicias socialistas. Madrid. Fotografía en el Archivo de Prensa Española. Abc.

 

1968. Rocambolesca escena en una boda entre una hippie y un yippie, ya saben, un hippie de izquierdas, en el cobertizo de la casa de sus padres. Youth Internacional Party. Iowa. Fotografía en los archivos de la Biblioteca del Congreso. Middle Earth.

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Son otras notas pintorescas de la vida madrileña, que resultarían cómicas en extremo si no fueran semitrágicas, por los nuevos sistemas que pretenden imponerse. Así tenemos en Abc de 1 de septiembre el casamiento de dos milicianos, que se publica para ejemplo en lo sucesivo y prueba de cuanto esto es, acompañamos una fotografía de esta clase de casamientos, ya que matrimonios no nos atrevemos a llamarlo. «Casamiento de dos milicianos. En la tarde del domingo y dentro de la mayor sencillez, ante la presencia de doña Josefa Sanz de Mangada, declararon expresamente Damián Recio Escobar, miliciano de la columna Mangada, e Hipólita Molina Sánchez sus propósitos de contraer matrimonio y reconocer como suyo al hijo habido de sus relaciones, suscribiéndose la correspondiente acta. El acto se celebró ante la columna, formada militarmente, y, como decimos anteriormente, dentro de su sencillez revistió la mayor solemnidad, sentando precedente para la futura legislación popular.»

 

Otras veces la invitación era programática, muy pedante y un poco malévola, como en el Middle Earth de Iowa City, que bajo el título «¡Hacen algo!» anunciaba: «La agenda del New Left registra, entre las actividades del próximo verano, una movilización para desorganizar la Convención Nacional Demócrata en Chicago. Promete ser una bonita fiesta, con yippies fumando marihuana por las aceras (desobediencia civil), orquestas rock tocando por las calles y nuestra muchedumbre de liberales y pacifistas… Cualquiera que tenga un mínimo de inteligencia política sabe que todo terminará en una gran chapuza. Sin embargo, sigue manando de los labios de nuestros jefes retórica romántica (“¡ha acabado el tiempo de las palabras! ¡Ha llegado el momento de la acción! ¡Debemos hacer algo! ¡Es hora de que nos movamos!”). La enfermedad de la Nueva Izquierda es la pasión sin política».