Wiener Aktionsgruppe
Santa Faustina. Casa Solá-morales. Olot. La Garrotxa. Gerona. La mómia de la santa (1798-1936), cuerpo de la Santa Mártir, que falleció asesinada a los 17 años de edad y que fueron hallados y extraídos del Cementerio Cyriacae por expreso deseo de Pío VI, el papa que tanto impulso le dio a las excavaciones romanas fue trasladado a España por el Padre Javier Juliá, ascendente de los De Solá-Morales, para evitar su profanación por la soldadesca durante la ocupación de Roma por parte de los ejércitos napoleónicos, lanzados a la profanación y saqueo de sus templos. En la imagen, la mojama de la santa en el estado anterior a su destrucción el 24 de diciembre de 1936. Fotografía de autor desconocido editada como postal en la Casa Solá-Morales.
El Wiener Aktionsgruppe (Grupo de Acción Vienés), formado por Günter Brus [1], Otto Muehl [2], Hermann Nitsch y Rudolf Schwarzkogler, se constituyó oficialmente el mes de junio de 1965, aunque los artistas que lo integraban ya presentaban sus performances desde 1962. Las performances, como en Orgien-Mysterien-Theater, eran acciones ritulistas acompañadas de música en la que los artistas manipulaban los cadáveres de animales pasados por el matadero. Éstas hacían evidente el interés por una diversidad de fenómenos culturales, entre los que se incluían el culto a Dionisio; los rituales de la Iglesia católica; las teorías psicoanalíticas de Sigmund Freud [3], Karl Jung [4] y Wilhem Reich, y el trabajo de artistas austriacos como Egon Schiele y Oskar Kokoschka, así como de ciertos artistas vinculados al happening [5] y al Nouveau Réalisme.
______________________
La penumbra envuelve devotamente el sagrado recinto. Sin embargo, transparentado por los cristales de su magnífica urna, se adivina el color de la momia natural, suave y delicado, del rostro virginal de Santa Faustina. La santa yacente en lecho y almohadones de seda carmesí, aparce ricamente vestida. Aparte de la cara y cuello hasta la clavícula, que se hace visible, muéstranse, asimismo, los huesos de aquella a través de unos guantes de malla. A su lado no falta la ampolla dei sangue, vaso en el cual los fieles exprimían los lienzos y esponjas en que habían recogido la sangre de los mártires. Parece dulcemente dormida y sonriente bestífica a la maldad de los hombres. El cráneo de San Juliá se diría ahora colocad aquí para recordar a éstos su fin inevitable. El conjunto es un bello convite a la meditación. Mas los milicianos han irrumpido ya en el oratorio y la paz y el sosiego se han quebrado al instante. Sin miramiento alguno, de mala manera y con bestiales risotadas se llevan escaleras abajo las reliquias insignes de la virgen y mártir. Y por unos días quedan en el zagán de la casa, dentro de su urna respectiva. Cualquiera afirmaría que los rojos se han dado por satisfechos con arrebatar los santos retsos de su aposento sagrado, el cual hasta ahora no había sufrido los saqueos de que ha sido objeto, desde el principio de la revolución, el resto del palacio. La maldad de aquellos bárbaros, empero, es indudablemente refinada. Han abandonado, ciertamente, su fechoría, pero ello no es más que un incidente momentáneo. En una de sus tenidas de las que es testigo la dependencia del Teatro Principal contigua al Casino, se urde con puro maquiavelismo la salvajada. Santa Faustina es trasladadas los bajos de la casa n.º 55 del mismo Paseo de Blay, propia del obispo de Segorbe Dr. Miguel Serra Sucarrats, inmolado ha poco en Vall de Uxó, e incautada por el Comité. El Santo Cuerpo queda expuesto al público, pero no para su veneración, sino para el más diabólico de 1os escarnios. Con gran profusión se han repartido por el pueblo unas hojas tamaño cuartilla, con un escrito infame que lleva la firma Pel Comité de Defensa, M. Sánchez, invitando a los ciutadans a presenciar la farsa de Santa Faustina. El mero hecho de haber observado que unos alambres sujetan el algodón en rama que cubre los huesos de algunas partes del Cuerpo Santo ha bastado a la calenturienta infernal imaginación de los sin Dios para negar incluso las persecuciones que sufrieron los cristianos. Resístese la pluma del cronista a comentar el libelo infamatorio, alevoso engendro de otra puesta al servicio del ateísmo y la barbarie. Ninguna persona que se halle en su cabal juicio acude a la desvergonzada cita. El desfile de Olot ante las reliquias insignes de Santa Faustina acontecía todos los años, en 11 día de su fiesta, para venerarlas. Ahora no concurren más que la chiquillería holgazana y el populacho soez, singularmente atraídos por la propaganda vocinglera, ruidosa y sensacionalista del despeluzado de marras. Varios días de duración tiene el escándalo y en su transcurso sucédanse unos tras otros los sacrilegios más horripilantes, sin que vengan a cortarlos los manes de la CULTURA local. Pero la salvajada aún no ha llegado a su punto culminante.
¿Por qué todo lo que es viscoso, carnoso, blando, gelatinoso, líquido, demanda una sensibilidad profunda? Ya he intentado con frecuencia dar respuesta a esta pregunta. Sin embargo, no lo he conseguido plenamente. A pesar de todo, voy a hacer todavía algunas reflexiones sobre la cuestión planteada, que van más allá de las teorías anales de Freud. Todo lo viscoso, lo húmedo, podemos asociarlo con nuestra corporeidad, de una manera especial con nuestra corporeidad, con su carne y órganos húmedos y blandos, con la fluidez de la sangre, de las secreciones y sustancias que se extienden por el cuerpo, también con las que son eliminadas como los excrementos, la sangre menstrual, la orina, el esperma, la saliva, el sudor, los vómitos, etc. Podría pensarse también en lo que se ha comido, en lo que se ha ingerido, en lo que se ha mordido, en alimentos insalivados, digeridos, mal digeridos y digeridos a medias. Nacemos envueltos en mucosidades. Para quien tiene una sensibilidad media normal todas estas sustancias producen asco. Ciertamente todo lo referido se percibe intensamente, pero produce asco, suscita la frontera del asco. Solamente el médico, el carnicero, el cazador, el campesino, el cocinero, la mujer cocinera y el artista tratan con el mundo de estas sustancias. A menudo la agresión, la herida producida a otro ser, el hecho de la muerte nos confronta de una manera directa con las sustancias internas de la corporeidad carnosa. De una lesión salpica y fluye sangre, en una herida la carne cruda se ve al descubierto. Hasta que no se mata al animal no se hace visible su carne, su sangre. Al destriparlo se pueden ver los órganos viscosos y blandos y los fluidos que recorren nuestros cuerpos. El color rojo es uno de los colores más intensos que conocemos. Tiene el valor de señal más profundo que choca con nuestra naturaleza psicosomática. Siempre que se produce una herida, cuando se da el mayor peligro de muerte, sale sangre roja muy viva. Tal vez el rojo, el color de la sangre, se convirtió en un color intenso tan bello por el hecho de estar relacionado con la agresión y el peligro de muerte. El agresor y cazador de épocas primitivas se entregaba a la intensidad de sus sensaciones, intensidad que estaba guiada por el placer de matar propio de las fieras, y que suponía la supervivencia y la alimentación e incluso la saciedad voluptuosa.
______________________
Es en el día de hoy víspera de una Navidad rodeada por toda suerte de infortunios y amarguras cuando la Nochebuena olotense empezará incensada con el único humo con que pueden honrarla y obsequiar a Olot los gerifaltes rojos de la localidad. Son las ocho, y las lenguas de fuego de una pira maloliente que arde en la calzada del Paseó de Blay, casi enfrente de la casa nº 57, tiñen de colorado la niebla que parece aquí más espesa y baja que en parte alguna. Ningún olotense digno de este nombre se siente atraído por el espectáculo. Ninguno de los vecinos honrados del Ferial se asoma a la puerta, balcón ni ventana para presenciarlo. Todos, a la sola vista de la hoguera adivinan su causa y se retiran con indignación y avergonzados a sus hogares. Las reliquias insignes de la virgen y mártir Santa Faustina van siendo pasto de las llamas. Manos sacrílegas han arrancado el Santo Cuerpo de su urna para arrojarlo en plena calle. Y helo aquí, en el arroyo inmundo, convirtiéndose en pavesas por el fuego que le han prendido. Y he aquí también a l’Escabellat rodeado y jaleádo por sus sacrílegos compinches deleitándose feroz en los infernales designios. No le faltaba más que un tridente para alcanzar la perfección de una propia imagen del averno y ni aún este atributo de Neptuno esgrimido por Satán se halla ausente de la escena. Manejando una horca de acero aquel caníbal agita los sagrados despojos para excitar su destrucción total. Y en su tarea horrenda gesticula y vocifera, y gruñe y resuella, y salta y brinca como el espíritu del Mal en su medio ambiente, complaciéndose sobremanera en prolongar la función que, con el chisporroteo de la quema, parece pedir a gritos la péñola del Dante [6] o el pincel de Goya [7], para ser trasmitida a las generaciones venideras. Un montón de cenizas queda al poco tiempo en medio de la calle. A su lado permanece por unos instantes el heroe de la grande hazaña quien, sudoroso y desencajada jadea. Y hasta se diría que se ha aplacado su paroxismo bestial y que ahora incluso medita, bien que profundamente engreído. No puede ser menos, porque la jornada ha sido para él y la historia roja de Olot, harto brillante. Mas también medita amilanado y sumergido en las tinieblas el pueblo olotense. Al medioía, encumbrado por decreto dela Consejería de Justicia de la Generalidad de Cataluña al cargo de Juez Popular, l’Escabellat se ha posesionado de la más alta magistratura judicial de la ciudad. Después… en algo había de distinguirse de los vulgares sicarios del Roma que degollaron a Santa Faustina, el sicario de Moscú quemador de sus restos venerandos.
La vista está íntimamente relacionada con todo lo dicho hasta ahora; mediante la percepción visual intensa del mundo que nos rodea se llega hasta la profundidad del ser. Pongámonos más allá de la tragedia del acontecer dramático en acción, delante del acontecimiento que ha de ser contemplado, intentemos percibir, en la medida de lo posible, la impresión estética sin contenido alguno. lo que se ve es simplemente bello, causa la emoción más profunda. ¡Qué esplendor se manifiesta al desollar a un animal! Aparece carne bella como las flores, carne fibrosa, rosada, suave, con calor húmedo, a menudo reluciente como el nácar, salta SANGRE con calor del cuerpo, de color rojo escarlata, intensa hasta la excitación, aguda y penetrante, fluyendo sobre paños blancos. Se abre a golpes de cuchilla el cuerpo del animal. Con cuchillos afilados se corta cuidadosamente el tegumento de los músculos que sostienen el redaño. SE DESTRIPA UNA FLOR. Se deshoja CARNE DE PETALOS DE ROSAS DE TE. Carne de rosas de té, mucosidad pegajosa de yema de huevo. Sustancias de color amarillo del polen a modo de yemas de huevo pegajosas como miel. Se hace visible la cavidad del estómago. Los intestinos desprenden al moverse vapor caliente, gelatinosos como carne fibrosa palpitante, muy delicados como la tela de un líquido espeso sobre la que se escurre el jugo de un limón. Colores de clavel que producen espasmos. En este ramo de flores de la carne están todos los colores, desde el rojo de la ropa interior de mujer con calor de cuerpo apreciada como la rosa, pasando por el azulado, el violado de la violeta y del ciclamen, hasta los tonos verdes. Al colgar la bestia sacrificada, los intestinos compactos y llenos de excrementos caen al suelo suavemente húmedos.
______________________
DOCTOR.- De igual modo se procede al otro lado (a la Reina).Indudablemente su señor padre tiene talento para convertirse en médico eminente, muchos hombres sufren durante toda su vida por tener que interrumpir de pronto unos estudios comenzados con vehemencia. Para ser un buen anatómico hace falta un físico sano. Luego se tira de la piel del cuello hacia fuera y hacia arriba. S coge la lengua con los dedos segundo y cuarto y se tira de ella hacia abajo con el pulgar y el índice. (entra Winter con una botella de champaña) Las formaciones del cuello cuelgan entonces sólo de la pared posterior de la faringe que es preciso separar. (Winter abre la botella de champaña). Se coloca para ello el glosótomo plano, se tantea o se ve, señor mío, se tanteo o se ve el límite entre el paladar duro y el blando (estampido), se empuja y se avanza hasta la pared posterior de la faringe (la Reina tose. Winter sirve a todos champaña). Entonces se continúa la incisión en arco hacia fuera hasta la columna vertebral luego se separa la aponeurosis prevertebral interrumpiendose el corte verticalmente en la columna y se secciona primero a la izquierda y luego a la derecha (a Winter). Se hace tarde Winter si nos sirviera otra botella. WINTER.- Señora. DOCTOR.- Está bien, está bien Winter (sale Winter). Sin dejar de tirar de la lengua con lo que se separan de la columna vertebral las vísceras del cuello. (la Reina tose) PADRE.- Se separan de la columna vertebral. DOCTOR.- Entonces se corta con el enterótomo paramedialmente arriba, el anillo faríngeo y se penetra en el plano medio en el esófago, manteniendo el enterótomo algo inclinado y sólo dentro se le da vuelta, señor mío, y se secciona el esófago por la línea media. Entonces se pueden sacar todos los órganos del cuello en su conjunto. En el caso de la leucemia linfática las amígdalas pueden estar muy desarrolladas (a la Reina). Si su señor padre no hubiera enfermado, enfermado realmente, muy prematuramente, y no se hubiera quedado por añadidura casi totalmente ciego, tendríamos ahora a nuestra mesa una eminencia médica. PADRE.- Una eminencia médica.