TESAURO

CRONOLOGÍA

ARCHIVO F.X.

MÁQUINA P.H.

LA INTERNACIONAL

PEDRO G. ROMERO

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Ute Meta Bauer

1939. Aurelia Pérez Iglesias, positivo. Alcalá de Henares. Madrid. 20-9-1939. En el reformatorio de Alcalá de Henares 300 presos redimen su pena por el trabajo. En la imagen, unos reclusos construyen cruces de madera, muy solicitadas por los industriales, en una sección del taller de carpintería. Foto Antonio Verdugo, para la Agencia Cifra. Publicado en Imágenes de España. Agencia Efe.

 

2004. Ute Meta Bauer [1], comisaria. Martín-Gropius-Bau [2]. Berlín.14.2.2004. En el espacio dedicado a Urbane Konditionen se muestran documentos y trabajos sobre la transformación de la ciudad. Tras la caída del muro, los ciudadanos del este y el oeste construyen una ciudad nueva como meras herramientas de las nuevas tecnologías de control urbano. Espacio de Jesko Fezer y Axel Jhon Wieder Piotr Nathan. Publicado en www.berlinbiennale.de/bb3. Allianz Kulturstiftung.

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P. La organización que usted dirige, compuesta solo por mujeres, las más valiosas de nuestras mujeres, trabaja en más de treinta centros penitenciarios, teniendo a su cargo el trabajo de voluntarias y profesionales encargadas de la redención de nuestros presos, españolas, aunque también trabajan con hombres, que se vieron afectadas de una manera u otra por la educación marxista, la amenaza ideológica de los comunistas o la amistad familiar con los rojos. ¿Cuántas mujeres han sido recuperadas para la vida cotidiana en nuestra patria? ¿Crees que están suficientemente regeneradas par emprender cualquier tarea y ocupar cualquier responsabilidad? ¿Recuperaron la fe?

 

PPR. Nuestro trabajo es el de una gran organización nacional que esta compuesta íntegramente por mujeres. Mujeres para una nueva patria, como nunca antes habían existido en la historia de nuestra nación. Solo la organización nos dará capacidad de redención. Somos una organización de vanguardia. El evangelio nos dice “id y escandalizad con mi palabra”. El secreto del éxito de nuestra misión está en nuestras mujeres. Su atrevimiento y su capacidad de sorpresa están acelerando resultados muy optimistas. Se trata de una conversión y esta es rápida al fin y al cabo entre nuestras compatriotas todavía quedan restos de sangre española. Nada más y nada menos que mujeres españolas.

 

R.M. De acordo com o tema, só boram convidadas mulheres e náo necessariamente rnulheres que trabalharn no campo das artes. A sua prática, como curadora, é multo conhecida por trabalhar mais sobre uma temática como introduçao do discurso, que íntegra personalidades com diversas práticas profissionais. Qual é a sua posiçao face á crítica de arte com as suas questôes como: o que é que isto tem a ver com a arte? U.M.B. As inidiativas que uma capital da cultura decide tornan no lirniar de um novo rnilénio –mais uma “First Story”– deveriam ser direccionadas para a vanguarda, escandalizar, reflectir criticamente sobre o que é transmitido, possibilitar diferenças, em vez de encontrar um testemunho válido, posiçoes multivaniadas, permitir contradiçòes, encorajar, quebrar tabus, ma também sinalizar a alegria de viver. Tudo isto pode soar corno um cliché; a pesar disso, estas intençóes estiveram no centro da concepçao do projecto. E quem é que já sabe o que vai ser a arte de amanha? Nós é que o vamos definindo com o nosso facer, e eu sou nada rnais nada menos do que uma mulher.

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Gracias al proyecto del padre Pérez del Pulgar, el Caudillo conseguía persistir en sus afanes de ejercer una justicia ejemplar, se mantenía el carácter aflictivo de la pena, «frente a otras teorías sensibleras de quienes ven sólo en el delincuente un enfermo o una víctima de la sociedad» y, a la vez, se daba ocasión al que había delinquido «por ignorancia o protervia» de redimirse aprovechando sus fuerzas físicas. Si desde antaño el trabajo se había utilizado en el sistema penitenciario como castigo, para que el reo expiara su culpa y reparara el daño causado a la sociedad, ahora el trabajo entraba de lleno «en lo planes de engrandecimiento de la Patria» y se convertía en la única vía abierta para la redención, con toda la carga simbólica que esto conlleva. No era casualidad que sus principales inspiradores procedieran del catolicismo político. Pero aunque las analogías con el cristianismo eran más que evidentes, ahora nadie iba a redimir a los presos, no existía una figura similar a la de Jesucristo muriendo en la cruz para borrar de los hombres el estigma del pecado original. Serían los mismos presos, con su esfuerzo y sacrificio, los que se incorporaran «a la plenitud de la vida social» tras haberse redimido. De esta forma se establecían unas vías peculiares para conseguir el objetivo último de todo sistema penitenciario, que el preso volviera a la sociedad debidamente re educado y regenerado.

 

Se trata de hacer un trabajo en el que las distintas condiciones en las que se expresa lo social queden redimidas. Pero, ¿redimidas por quién? El trabajo de los curadores admitirá una cierta tensión entre los artistas y el público, pero ¿quién se presenta hoy como tal? Evidentemente las manifestaciones mediales, los nuevos sistemas de comunicación social y las nuevas organizaciones políticas son también un agente en el discurso curatorial. No se trata de regeneración, pero a menudo estos discursos son fuertemente críticos y antagónicos y, de alguna manera, tendemos a legitimarlos en nuestros ejercicios de inclusión institucional ¿Quizás se trata de que nuestro propio trabajo alcance esos niveles de radicalidad crítica? Se trata de hacer desaparecer nuestra condición de mediadores o se trata de domesticar la visión que los artistas tienen de nuestro tiempo. A menudo los medios de comunicación y las entidades gubernamentales tienen una visión de estos como delincuentes, algo enfermizo y decadente que sobrevive en el lado más elitista de la sociedad. Pero esto debería haber cambiado. No somos una iglesia, no pretendemos evangelizar ni enseñar a nadie. Si nuestro trabajo tiene algo que ver con la domesticación de algo salvaje es por su lado educativo, pedagógico. Finalmente se trata de enseñar alguna cosa.

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Supuestamente había sido el propio Franco quien ideó el sistema de Redención de Penas por el Trabajo. Una genialidad más del «César visionario» alabado por el escritor gaditano José María Pemán Pemartín. Aunque más cercana a la realidad, en la justificación ideológica, fue la participación del sacerdote jesuita José Agustín Pérez del Pulgar, fundador del Instituto Católico de Artes e Industrias (ICAI [3]) y de la Asociación Española de Ingenieros, siendo la responsabilidad administrativa del coronel Maximino Cuervo Radigales, director general de Prisiones hasta julio de 1942. Entre ambos construyeron la que, con absoluta propiedad, se ha llamado «empresa de trabajo temporal» franquista, que funcionó, como aseguró Cuervo en su discurso de inauguración de la Escuela de Estudios Penitenciarios en 1940, con «la disciplina de un cuartel, la seriedad de un banco y la caridad de un convento». No era una idea novedosa, ya que en las cárceles españolas se habían experimentado reducciones de condena por trabajos realizados. Ahora se iba a generalizar entre los presos «rojos» para que el erario público no tuviera que soportar el peso de su mantenimiento.

 

El comisariato ante las nuevas relaciones de poder. Visión y dibujo de una nueva economía. Economía y arte: nuevo mapa de relaciones sociales. La publicidad y la mercancía: ¿el arte, necesariamente, vende algo? Ciudades-Estado, Grandes Empresas y Organizaciones Sociales: hacía la ampliación del espacio de exposiciones. Ideología del capital trasnacional y globalización del arte moderno: consumo, exportación/importación, espectáculo. El templo y la convención: modelos católico, pentecostal y apostolado e la difusión del arte contemporáneo. Apuntes para la observación del consumo de arte como religión de las elites económicas. Un caso de estudio: la recuperación de Cuarteles, Fábricas y Espacios Religiosos como espacios de arte. Asimilaciones simbólicas. El arte como modelo de las nuevas formas de trabajo. Dislocación, movilidad y precariedad de las formas artísticas. Mercado y arte subvencionado: relaciones económicas.

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El espíritu que inspiraba la posibilidad de que los condenados pudieran redimir parte de sus penas mediante el trabajo penitenciario lo manifestó el propio general Franco en una entrevista que concedió al periodista Manuel Aznar. En ella, el Generalísimo afirmó que «…no es posible, sin tomar precauciones, devolver a la sociedad, o como si dijéramos, a la circulación social, elementos dañados, pervertidos, envenenados política y moralmente, porque su reingreso en la comunidad libre y normal de los españoles, sin más ni más representaría un peligro de corrupción y de contagio para todos al par que el fracaso histórico de la victoria alcanzada a costa de tanto sacrificio». En la misma entrevista clasificaba a los delincuentes en dos tipos: «los criminales empedernidos, sin posible redención dentro del orden humano, y los capaces de sincero arrepentimiento, los redimibles, los adaptables a la vida social del patriotismo». Y remataba: «…Respecto de los segundos, es  obligación nuestra disponer las cosas de suerte que hagamos posible su redención. ¿Cómo? Por medio del trabajo». A pesar de este argumento de Franco, Pérez del Pulgar explicaba que, respecto de los primeros, en algunos casos aun no siendo redimibles –el decreto se refería a ellos como «quienes olvidaron los más elementales deberes de patriotismo»–, debían trabajar ya que el Estado no tenía por qué soportar el peso de su inactividad productiva.

 

¿Cuántos, de entre los nuevos sistemas de producción, se los debemos a la experiencia artística? El triunfo de lo que los expertos han llamado la crítica artística, frente a reivindicaciones más clásicas debidas a la crítica social, parece que se hubiese transformado en esas nuevas figuras del proletariado precario, con alta movilidad, escasa protección social, etc. Parece que detrás de esa figura estuviera el modelo de “artista”, elaborado durante la década de los setenta e hijo del movimiento sesentayochista, de artista bohemio, desarraigado, viviendo al margen de la sociedad pero convertido en modelo, incluso en héroe, para gran parte del cuerpo social, sus espectadores. Parece como si la maquinaria del capitalismo-industrial hubiese comprendido con ellos, que no era necesario tanto gasto en el mantenimiento de la fuerza de producción, que las nuevas tecnologías “libraban” de trabajo al obrero igual que les libraba a ellos de antiguas esferas de mantenimiento. La fotografía y las tecnologías audiovisuales habían ayudado a crear esa levedad en la imagen del artista y la habían proyectado con gran fuerza. Ahora nadie quería asumir esa carga que habían liberado la informática y los nuevos medios de comunicación.

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Nos acercamos al final de esta historia, o al menos al final cronológico del período abarcado por este ensayo. Durante la llamada «ofensiva final», la máxima fue quedar «autorizadas las Grandes Unidades para establecer donde juzguen conveniente los Campos de Prisioneros». Fue el descontrol final, el fracaso de las aspiraciones de la ICCP, la explosión de la característica funcional de los campos franquistas. Además de multitud de campos divisionarios –de los que resultaría demasiado largo dar cuenta– sirvieron para demostrar que el final retórico de la guerra traía consigo el lastre de decenas de miles de prisioneros, pero además que ahora era todavía más sencillo hacer tabula rasa con el pasado y, en el último estertor bélico, amplificar la función represiva de los campos de concentración, como se puede colegir de las experiencias en Los Almendros, Albatera o Alcalá de Henares (para mandos).

 

The accompanying master plan of urban policies for Berlin’s economic transformation did not, however, unfold as hoped. There was neither a clear expansion of the service sector nor the hoped-for demand for newly constructed office space. Instead, around fifty thousand million euros in debts were accumulated that are now being ‘socialized’, that is, maintained as a collective liability. The profits from what was previously public space, in contrast, remain privatized. Societal, political, social and cultural power relations manifest themselves in cities in the form of architecture and its use as well as in the associated histories, negotiations and conditions of feasibility. Anyone who knows about the history of the trend towards the privatization of public space that has taken effect in Berlin since 1990 will view many sites in the Mitte district with some scepticism. Anyone who knows about current techniques of surveillance and security planning will move about Potsdamer Platz rather more warily. And anyone who has followed the changes in communal politics over the past ten years will be less surprised about polarizations of social space in many parts of Berlin.

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La disconformidad con las condenas y con el régimen carcelario sólo contaba con dos expresiones, una colectiva, la otra individual (plante o fuga), reservadas a situaciones extremas. Plantes hubo alguno memorable, como el ocurrido en noviembre de 1946 en Alcalá de Henares. La composición de la cárcel, enteramente política, es decir, sin presos comunes que no se hubieran plegado al paro, y el respaldo de todos los partidos políticos aseguró su éxito. Ante la determinación mostrada por los presos, el director se vio obligado a negociar con el comité de huelga y a recortar los aspectos superfluos de la disciplina. Los beneficios conquistados con hambre todavía duraban en abril de 1947 cuando la Dirección General de Seguridad internó a nuestro grupo estudiantil en esa prisión. En un destacamento penal, un plante de esta índole resultaba inimaginable.

 

These “surplus populations” certainly do not wander through the city. Instead they remain in certain areas and for that reason are not visible enough, so that as long as you aren’t affected by it, it’s very easy to live with this circumstance, precisely because you don’t come face to face with it. Here I a see a big diference between Berlin and Paris, where groups of the unemployed come together, or people who do not have identity papers, like the ‘sans-papiers’, get together to establish a necessary visibility. And this may take place with the approval of the same public that applauds, say, when supermarkets are emptied. Somehow there is a kind of solidarity there, because it can happen to anyone. Here in Germany it’s considered embarrassing to fall out of the system, so people withdraw. Historically, it wasn’t always that way, particularly not in Berlin.

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El trabajo, tal como se concebía en el sistema ideado por Pérez del Pulgar, desempeñaba múltiples funciones. Los panegiristas del régimen se empeñaban en demostrar sus virtudes morales y económicas. En palabras de Angel Caballero, director de los Talleres Penitenciarios de Alcalá de Henares, el trabajo hacía al recluso «sumiso y obediente», moderaba sus pasiones y le restaba «graves preocupaciones e insomnios». Los reclusos no sólo reparaban el daño que habían hecho a España sino que, al aprender un oficio, adquirían un medio de vida para el día en el que traspasaran los muros de la prisión. Además, el trabajo tenía otras ventajas materiales no menos importantes, de las cuales supuestamente se beneficiaba el recluso, su familia y el Estado. La ganancia económica que generaba el recluso era lo que el Estado se ahorraba en su mantenimiento. Una vez descontadas las cantidades por cargas sociales y el subsidio familiar, que las Juntas locales se encargaban de hacer llegar a sus mujeres, hijos o padres, el ridículo salario restante se ingresaba en una cuenta de la Caja Postal de Ahorros. Se suponía que este fondo ayudaría al preso, una vez en libertad, a iniciar un tipo de vida muy concreto. Los ahorros harían “vibrar en ellos el sentimiento, las virtudes y las ventajas de la propiedad, sustrayéndose de la pobreza por medio de la economía”. Y este volver a la vida con un trabajo y unos ahorros “dignificaría su persona, elevaría su condición de hombre y borraría el estigma que en otro tiempo pesó sobre él”.

 

Les convencions i reunions d’empresa han deixat de ser una simple reunió de negocis. Els que organitzen les convencions emmascaren les seves funcions ideológiques en l’espectacle i les aprofiten per adoctrinar els empleats de la companyia, treballadors assalariats que condueixen el curs del capital sense que, de fet, el posseeixin. Les campanyes de publicitat que es fan en aquests llocs es basen en la noció que les diferéncies de classes s’esborren amb el consum. El disseny de les convencions recrea les mitologies de Walt Disney, inclosa la seva visió nuclear de la família, i coincideix amb els salons de joc de Las Vegas, on es confon l’exterior i l’interior. Així, es recrea un ambient sense limitacions espacials o temporals. Dins de l’espai de les convencions, la ilum marca árees de circulació i dissimula racons, per aconseguir un espai arrodonit. Aixó contrasta amb la claustrofóbia real que s’experimenta quan es circula pels passadissos saturats de gent. Les cabanes característiques d’altres cultures, que s’inclouen en el recorregut de la convenció, elaboren una noció de present arrelat a un passat lleugerament retocat: el sostre de la cabana está fet amb llaunes de Coca-cola reciclades i la máquina per dispensar begudes conviu amb l’estil primitiu. En el fons, els festivals i els espectacles, com també les convencions, caracteritzen les cultures tribais. Segons Octavio Paz [4], els festivals són moments d’amnésia perqué la gent se senti momentániament alliberada i per mantenir en ordre la força de treball. Coca-cola també ho pensa.

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Una vez ya fuera de la cárcel, el agradecimiento se trocaba en el deseo de mantener una estrecha relación con funcionarios y capellanes, pues los presos, en el fondo, eran como niños que encontraban en ellos el «ángel tutelar que ha de ampararles». Martín Torrent sentía cierto regusto al contar cómo algunos libertos seguían escribiendo cartas a los directores de «su cárcel», o haciéndoles visitas regulares como si de un padre se tratara. O cómo el principal deseo de quienes salían en libertad era volver, pues «hasta que el preso se orienta en la calle, no encuentra cobijo más acogedor que aquel gran patio de entrada de la Prisión». Los presos quedaban ligados a la cárcel con un «estrecho pero insensible lazo», sus alas definitivamente cortadas. En definitiva, uno de los grandes logros de la Nueva España era, según sus representantes, que tras su paso por la celda el preso desearía perpetuar su estado de sumisión.

 

De esta manera, el proyecto y sus colaboradores pueden transmitir su idea desde una correspondencia directa con los parámetros que influyen en el espacio social vivido y en los vínculos transformadores entre arte y sociedad y sus códigos y valores. En conjunto, se pone de relieve una poética asociativa de construcción, que articula las nuevas formas que se ponen en juego a través del imaginario social generado por una cultura de restricciones. El carácter de Arquitecturas del discurso expresa la influencia de los marcos teóricos en que se basa el proyecto: desde el discurso feminista hasta teorías políticas y mediáticas. Estos discursos están asociados a unas prácticas culturales y artísticas comprometidas y críticas desde numerosas posiciones.

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La Redención de las Penas por el Trabajo era, además, un instrumento de propaganda. Las innumerables publicaciones del régimen presentaban la legislación penitenciaria como el resultado de la aplicación “no de una doctrina científica sino cristiana”. El imaginario patriótico, los caracteres regionales y el ideario nacional católico constituían el nuevo rostro en que debía mirarse la ciudadanía. La negociación de toda redención, es decir, la salida de la cárcel, debía pasar las pruebas de participación activa en alguno de estos nuevos imaginarios del régimen franquista. Hasta en las empresas se subrayaba la participación en el nuevo “espíritu nacional” con la intención de participar en los programas de Redención de las Penas por el trabajo y hacerse de mano de obra barata. La publicidad particular en revistas como Reconstrucción o Redención es buena prueba de esto.

 

The basic thesis is that the rebuilding of urban space is organized via the construction and reconstruction of images –by official city marketing, on the one hand, and by the public negotiation of an urban identity, on the other– and these things are reflected not least in architecture. What is ‘Berlin’ right now? In local discussions and in its perception from outside, on a scholarly level and in daily conversation, with strategic intention or out of personal necessity –myths of the new-old capital are produced. The most influential of these support– no surprise here –the rebuilding plans of both municipal politics and private enterprise. The hub’s first strand concentrates on representations of Berlin. Special issues of magazines show the images that the journalists and cultural elite, lobbyists, politicians, makers of opinion and the rest of the world seem to have of this city and of the circumstances of life there.

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Los archivos de las cárceles franquistas. La cárcel constituye un mundo distinto al de los campos de concentración. En consecuencia, la documentación que genera es muy diferente y ofrece gran diversidad de contenidos, tanto por la multiplicidad de su ámbito como por la larga duración del fenómeno penitenciario. Una diversidad que va desde cuestiones relacionadas con la medicina y la psiquiatría, hasta las específicamente generadas por el funcionamiento institucional y la justificación político-ideológica del trabajo de los prisioneros, pasando por la documentación generada por instituciones existentes más allá de las rejas, como el Patronato de la Merced, directamente vinculado al mundo penitenciario. Son sólo algunos ejemplos que muestran su carácter complejo y excepcional. La cárcel forma un mundo. Y eso establece un punto de partida distinto al de los campos de concentración que, en este sentido, ofrecen una realidad más simple: las investigaciones que se están llevando a cabo tendrán que decir hasta dónde llega la realidad de los campos y valorar su alcance como universo. La cárcel ha sido una institución históricamente dependiente del Ministerio de Justicia si bien actualmente depende del Ministerio de Interior, y está vertebrada por la Dirección General de Instituciones Penitenciarias (DGIP), que centraliza toda la información institucional y orgánica y que, a lo largo de los años, ha conformado una excelente biblioteca y un importante archivo. La biblioteca contiene unos 5.000 volúmenes y destaca por su gran especialización, lo que le otorga un valor único. Destacan las memorias anuales de la DGIP, las obras de autoridades del régimen en torno a la cárcel (como la de Eduard Aunós), así como las publicaciones impresas en los talleres penitenciarios de Alcalá de Henares, incluida la colección de la revista Redención. A pesar de todo, la biblioteca ha sido poco utilizada por los historiadores. El archivo recoge la documentación generada por la actividad de la institución hasta el presente, lo que le otorga dimensión de archivo vivo, motivo por el que es de acceso restringido.

 

In the second strand, numerous diagrams and plans of spatial states of affairs and their changes form an almost encyclopaedic collection. Diagrams are usually depictions connected with an intention, seeking agreement or criticism, and here they are examined and reformulated accordingly, in terms both of the formats of the illustrations and the context of the exhibition. Thus they become tools for a critical exposé of Berlin topographies in their particular contexts of social and economic policy. The collection includes statistical and factual material as well as experimental presentations: drawings, graphs, photographs, projections and text displays. It ranges from micro-observations, like price trends for centrally located properties, to social theories on subjects such as the zeitgeist of routes for protest demonstrations through the city, or on the gentrification of neighbourhoods by nomadic troupes of artists –‘Sohoization’. Whether it is the residential profile (in terms of income, levels of education, nationality and so on) that is politically imposed or ignored in certain neighbourhoods, or the unchecked rampant growth in the seamless control of public space in the town centre, or indexes of ‘dangerous places’ –Fezer and Wieder are always concerned with interlinking developments since 1990. What role, for example, did the planning of media centres, consumer centres and tourist attractions play at what point in the ‘post-ideological’ politics of the capital? According to what criteria were architectural highlights distributed throughout the city? How have approaches to non-conformist lifestyles changed (unpaid occupation of space, mobile housing, camping and so on), and how are the homeless and their relevant structures of solidarity and aid treated today?

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Dichas Juntas, integradas por un representante del alcalde, el párroco y un vocal femenino, «elegido entre los elementos más caritativos y celosos», se encargaría no sólo de entregar a las familias los jornales que habían ganados los presos, sino también de «aliviar en sus necesidades con espíritu de verdadera asistencia y solidaridad social, y promover en lo posible la educación de los hijos de los reclusos en el respeto a la ley de Dios y el amor a la Patria». El Patronato y las Juntas debían colaborar a la hora de poner en marcha una serie de  actividades no menos importantes, como la organización de bibliotecas, conferencias o lecturas en común de libros y folletos previamente autorizados. Pues todas ellas iban dirigidas a realizar con los reclusos una labor de propaganda política y ciudadana, así como el encauzamiento, estímulo y apoyo a las iniciativas privadas que han empezado a surgir para acometer la ingente labor de arrancar de los presos y sus familiares el veneno: las ideas de odio y antipatria, sustituyéndolas por la de amor mutuo y solidaridad estrecha entre los españoles. La invención del sistema de Redención de las Penas por el Trabajo correspondió al jesuita Pérez del Pulgar en plena guerra civil. Fue la respuesta al problema de que en el territorio ocupado millones de españoles hubieran de la noche a la mañana, a estar fuera de la ley. Al ser una solución coherente con el proyecto de «purificación» que los insurgentes tenían para España en cerraba una lógica interna que merece la pena analizar. La redención de las penas se presentaba como la vía intermedia entre dos opciones poco convincentes. Una consistía en aplicar «la Ley a raja tabla», con el resultado de poner fuera de la «vida nacional a una gran masa de ciudadanos que no tenían por qué estar ausentes de la tarea de reconstrucción material y espiritual de España». O lo que era lo mismo, agravar todavía más el problema penitenciario. La otra era la solución blanda que encarnaban la amnistía o el indulto, ya que dejaba sin efecto la finalidad primordial de toda administración de justicia, «la expiación del delito y la ejemplaridad de la pena». Y esta opción todavía interesaba menos, pues implicaba reconocer que los vencidos no habían cometido delito alguno.

 

These “intruders,” these migrants in the field of art, were not merely acknowledged with goodwill – here, too, there are strange rules of inclusion and exclusion. Do these intellectual “guestworkers” from other disciplines displace anyone from the admittedly limited number of spaces at the feeding troughs of the Western art world? We love the ‘foreign” so long as it remains far away and does not attempt to assert its right to exist alongside us, so long as it remains outside –”outside” in the sense of an exception as well– or among its own kind. Between the two options of exiling the “foreign” to its place or assimilating it to our own surroundings, Documenta 11 tries to open up a space of in-between, of transition and of passage, a space of the diaspora, a “third space,” in which the inevitable discrepancies and irritations that come with it are not only retained as a structure but moreover are inserted as catalysts for new forms of understanding that can be developed –perhaps as productive misunderstandings, perhaps to goad us toward more intense engagement, perhaps in fruitful confrontation of different methods, ways of thinking, and languages. This strategic affirmation of discrepancy is also found when marginalized positions are moved into the mainstream and when ephemeral, performative practices, and practices that emphasize process, are adopted for the purposes of an exhibition. At the same time, this in-between space allows art to function as a space of refuge for approaches and methods, from a variety of disciplines, which are experimental, critical, and not oriented around commercial success. Both nonacademic, urbane approaches to research and those that emphasize the practice of resistance and activism find, in the place of refuge that is art, the prerequisites for free, experimental thinking about, investigation and research into, and articulation and exploration of circumstances beyond institutional codes and methods. A transdisciplinary and antidisciplinary interlacing of fields results in modified forms of research, of presenting that research, and of documenting or archiving it, and conversely results in new artistic approaches. Nevertheless, a temporary event like Documenta remains a realm of rarity which creates these unusual movements … To our amazement, this incomplete, fragmented form’ shows, when it comes to statements, how not only few things are said, but few things can be said.” Documenta 11 has had many centers and many edges. The many ways in which the five platforms were realized –as public conferences, seminars, non-public workshops, lectures, the Educational Project for young curators and cultural workers from all over the world, or as presentations of art works, films, concerts, and videos, or as communications in print media, cinema, radio, and the internet– make Documenta accessible in many formats other than its traditional one. These generate a form of productivity that is initiated by Documenta but that breaks free of it and continues independently in the form of continuously shifting mechanisms of reception and interventions. At the same time, these fragments –the individual positions presented and the various contributions, whether installation, film, video, sound, text, lecture, discussion, or whatever– are connected like a rhizome that branches into a whole that is not immediately perceptible.

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No es necesario insistir, aún en el caso de las mujeres presas, en que la obediencia, al igual que la disciplina, constituía una de las piezas angulares del nuevo orden franquista: obediencia a la jerarquía, al Caudillo, a la Patria. Uno de los artículos laudatorios del sistema explicaba que el padre Pérez del Pulgar había sustituido su antigua vocación como científico especializado en la electricidad por la de capellán de prisiones, porque ambas, la electricidad y las prisiones, tenían en común la virtud de la obediencia. Por otra parte, una obra tan magnánima, que permitía a las presas y presos reducir días de condena, generaba en los reclusos un sentimiento de gratitud hacia la dictadura. El agradecimiento facilitaba la ardua labor de «ganarse» o «conquistar» al preso y contribuía a sancionar esa relación de dependencia a que los vencidos estaban condenados con respecto a los vencedores. Las muestras de agradecimiento se exhibían en la prensa oficial. Así, se narraba que las mujeres de la prisión de Madres Lactantes, llevadas por ese sentimiento, hacían un homenaje a su directora María Topete y le entregaban un pliego de firmas para celebrar la Fiesta de la Madre. En Málaga, un preso estaba tan agradecido al Caudillo por haberle indultado de la última pena que había solicitado permiso para esculpir un busto. El resto de las reclusas y reclusos se sumaron «en simpática solidaridad» a la iniciativa y construyeron un pedestal para colocarlo… Más llamativo era el caso de la presa Magda Maes Barayón, quien, una vez cumplida su condena, escribía toda una declaración de intenciones al semanario Redención: Uno no puede olvidar la deuda de gratitud que tiene con Redención… A través de largos meses con un sumario de miles de folios ante nosotros, con esa perspectiva amarga del recalcitrante, la única ventana al mundo fue Redención. Porque estúpidamente recalcitrantes, hasta en eso, no aceptábamos cualquier libro que viniera de la seleccionada biblioteca, ya que en su fichero no constaban los nombres obtusos de unos cuantos escritores que, para las estrechas mentes marxistas, eran los únicos que merecían consumir nuestros minutos de oro que contaba cierto cronómetro de Moscú … Una vez más, gracias, y como la magnanimidad de aquellos «monstruos» nos devuelve al hogar, en es tos días tan entrañables, tan cristianos y tan españoles, no queremos decir adiós al querido semanario. Desde fuera, algún día, no podremos evitar el enviar algún mensaje de afecto sincero.

 

“Nenhum lugar a face da Terra!” (“Kein Ort nirgends”) procurar uma alternativa em contraposiçâo a este nâo pertencer a lugar nenhum. Mo acertadamente bormulado por Christa Wolf e que caracteriza a mulhere na sociedade patriarcal, tem sido um objectivo central para o movimento autónomo das mulheres, que e tem desen-volvido na Alemanha de os anos 70. “Apoderandose do espaço”, primeiro na grandes metrópoles, maó depoi também nas cidades mai pequenas, foram-se conseguindo espaço público controlados unicamente por mulheres, tais como centro para mulheres, livrarias para mulheres, cafés para mulheres, bares para mulheres, centros culturais para mulheres e discotecaó para mulheres, através dos quais em multo pouco tempo se criou um manancial variadísimo de lugares para a mulheres e que, pelo menos em termos de ideal, estavam abertos a todas elas. Completamente diferente foi a forma como sé desenvotveu a criaçâo de espaço privados (exclusivamente) para mulheres. Aqui esteve claramente no centro das actividades um determinado grupo de mulheres: aquelas que tinham sido agredidas ou verdadeiramente ameaçadas de actos de violéncia, para quem se criaram (tal como anteriormente, primeiro nas metrópoles e depo também nas cidades mais pequena e no didtritos) a chamadas “casaó para mulheres” como lugares de refúgio temporário. Entretanto, existem na RFA a volta de 400 dessas casas para mulheres e que, embora já perfeitamente estabelecidas, ainda nâo tém o seu financiamento, na maior parte dos casos, devidamente asegurado. Todavia, em nenhuma destas casas esta prevista a habitaçao permanente… A edificaçao de casas apropriadas para mulheres nâo só mudou a condiçôes das suas moradoras em termos de espaço, mas também teve repercussoes na construçao de habitaçâo social en alguns Lander, o que significa que têm que tambén ser tidos em conta na construçâo de habitaçâo social normal; por outro lado, estâo já a ser concretizadas, em variados poojectos de habitaçao, superficies de uso comunitário (espaços para uso em comum, casas para hóspedes, etc.), o que até agora nâo era habitual. Deste modo foram conhecidas, peio menos em dois pontos, as reivindicaçôes que há dezenas de anos as arquitectas e as proyectistas feministas vinham fazendo, mesmo nàoHavendo uma referência explícita a estas reivindicaçôes. Tambén nesta questào parece ter noamente actuado un velho princípio de tradiçâo científica patriarcal: as contribuiçoes das mulheres para a ciencia e a têcnica sâo aceites e empregues pela corrente maioritária, mas só se forem anónimas, como se fossem un fenómeno atribuído ao espírito da época, sem a possibilidade de se definirme os directos de autora.

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Tengo datos sobre la cárcel de Ventas, que parece que llegó a ser la más poblada de España. Tenía capacidad para unas quinientas reclusas, repartidas en seis galerías. A finales de junio del treinta y nueve, cuando los franquistas ya eran los amos de Madrid, había más de tres mil quinientas reclusas en Ventas y llegó a haber alrededor de diez mil al año siguiente. Las celdas estaban abarrotadas y los pasillos patios, escaleras lavabos, duchas y sótanos estaban hasta los topes de mujeres que en muchos casos tenían que dormir de pie, porque no había sitio suficiente para que cupieran todas acostadas Comían un solo plato al día, siempre lentejas llenas de polvo y piedras. Las letrinas estaban atascadas, no había agua corriente, todas tenían piojos y sarna, y a los niños se los comía la tiña, que les cubría la cabecita de costras purulentas Los niños morían muy aprisa, a veces seis o siete por día. Todos los días moría también alguna reclusa, casi siempre de tuberculosis o de tifus. Se sabe que una se suicidó. Esto sin contar a las fusiladas, unas veinte por año. Hacia 1940 trasladaron a unos cuantos miles de reclusas a otros centros, las mujeres con niños pequeños se instalaron en una cárcel aparte, se abrieron secciones para adolescentes y la situación mejoró en el sentido de que quedó espacio para dormir acostadas donde fuera y, al haber menos personal entre el que repartir, hubo al día dos platos de lentejas con piedras. Lo más parecido a Ventas que hubo en Barcelona fue la cárcel de las Corts, que estaba capacitada para albergar a un centenar de reclusas y llegó a cobijar a más de tres mil. –Nosotras no podíamos hacer nada para solucionar ese problema, sólo procurar que las presas redujeran su condena trabajando. Pero no en todas las cárceles podían organizarse talleres y escuelas, por lo que usted ha dicho, por falta de espacio. –Pero, ¿qué pasó? No se esperaba que hubiera tantas reclusas y por eso no había suficientes cárceles de mujeres. –En las cárceles de hombres ya había talleres en 1939. Nosotras instalamos uno de costura en Amorebieta, en 1940, pero en Ventas no pudimos poner ninguno hasta enero de 1941. –¿Había muchas monjas en las cárceles de mujeres?. –Monjas y religiosas seglares de todas las órdenes: capuchinas, clarisas, carmelitas, mercedarias, adoratrices, hermanas de la caridad. Estaban en todas las cárceles de mujeres. En cada centro había cuatro, seis, diez, según el volumen de la población presidiaria. En Amorebieta, cuando instalamos el taller de costura, había ocho hermanas de San José. Y en Ventas había una docena de hermanas del Buen Pastor. Casi todas las reclusas eran rojas, aunque muchas lo negaban, pero se delataban unas a otras y siempre estaban organizando algo, comités de esto, comités de lo otro. Las monjas les impusieron una disciplina militar que había que verla para creerla. Las tenían bajo llave, incomunicaban las galerías y las hacían desfilar en formación, marcando el paso y a golpe de silbato. Cuando llegamos nosotras, nos agradecieron con lágrimas en los ojos la posibilidad de escapar durante unas horas a la vigilancia de aquellas sargentas. –Parece una paradoja. Las monjas, siervas de Dios, hacen el trabajo militar, y ustedes, las falangistas, las paramilitares, hacen el trabajo humanitario. –No se me había ocurrido verlo de ese modo. Me gusta. Le agradezco la observación Porque modestia aparte, sólo refleja la verdad. Por desgracia, a los cursos de redención de pena sólo podían acogerse cien reclusas condenadas a prisión menor; luego se amplió el programa y pudieron acogerse doscientas. Por cada dos días de trabajo se redimía uno. Los cursos eran cinco horas diarias durante las que enseñábamos economía doméstica, puericultura, corte y confección, lavado y planchado, formación moral, canto, religión, trabajos manuales Amelia Azarola, la viuda de Ruiz de Alda, estuvo dando clases de puericultura en Ventas. –Se ha comentado mucho que ustedes, bueno, el régimen, explotaba laboralmente a la población reclusa. –No me pregunte por lo que pasaba en las cárceles hombres o en los campos de trabajo, porque no lo sé, pero en lo que se refiere a las cárceles de mujeres donde hubo presencia de la Sección Femenina, eso es una calumnia infame ¿Sabe usted cuánto dinero se consiguió por el material confeccionado en Ventas, no ya en 1941, cuando aún se estaba impulsando proyecto, sino en 1945, cuando ya funcionaba a toda máquina. Menos de mil doscientas pesetas Todos nos hicimos ricos explotando a las presas de Franco. Auxilio Social tenía centenares de Centros de Alimentación Infantil en que se daba comida para los recién nacidos; tenía cientos de Comedores Infantiles públicos, donde todos los niños podían entrar; cientos de Casas de Maternidad, cientos de Colonias infantiles para los niños sin hogar, ciento de Cocinas de Hermandad donde se distribuía comida a las familias necesitadas. Todo esto era gratis.

 

El mundo que nos salta desde la primera página de los periódicos. El mundo por el que existen la radio, el cine, la televisión, la pantalla telemática. La ciudad de Beirut agujereada, rotas todas sus ventanas. El llanto de las mujeres en Beirut. Los ojos desorbitados por el hambre y la sed de aquellos que cruzan, desde África, el océano. El niño, recién parido en la travesía, tal y como asiente los labios resecos de su madre. Los campos del terror, no ya donde se entrenan los soldados de un ejército invisible que asola el mundo, sino Abu Graih y Guantánamo, como ignominia de occidente. El sida que asola el continente negro mientras sus príncipes departen en fiestas con los nuestros. ¿Cómo mata el sida a las mujeres en África? Las llagas en el cuerpo, el dolor que las retuerce y las manos que la señalan como una infecta, ¿a cuantos habrá infectado? Nuestra nación también arrastra sus lacras. La muerte de las mujeres, una violencia desatada contra su género, contra su libertad, contra su amor, contra su sexo. Bien, no quiero parecer falaz, ni se trata de moralizar, ni de dar lecciones a nadie sobre la marcha del mundo. Pero, ¿puede el arte, desde aquí, hablar de todo esto? Se bien, que el arte, que los artistas deben de hablar de esto. Mostrarlo aquí es diferente. Se trata de una feria. Se habla entre risas. No se, parece que se celebra. Algo se celebra, ¿no?… Repito la pregunta, ¿este es el espacio adecuado para que el arte hable de todo esto? –Bueno, la demanda que me hace exige una respuesta meditada. Evidentemente mi trabajo pasa por construir un ámbito en el que se den las condiciones precisas para que hablar de todo esto no parezca ridículo. Entiendo bien la pregunta y no pienso que debamos frivolizar sobre esto. –Pero, ¿cuáles son las condiciones, los pasos dados para que este evento sea adecuado? No se trata de hablar de arte, aquí se viene a celebrarlo y no parece que las voces que deberíamos oír no vayan a ser apagadas. Entiendo perfectamente tus referencias al marco de representación donde estos debates, estas ideas (se refiere a acciones, videos, cosas cualesquiera que se entiendan como arte) van a tener lugar. Ese era parte de mi trabajo, estamos en ello, lo estamos intentando.-Si, pero entiendes que la ciudad lo publicite como una fiesta, ¿acaso una celebración de lo mal que va el mundo? -Bueno, sabemos como se comportan las instituciones, los organismos locales, estatales y nacionales, y sabemos los canales, los pliegues del discurso que debemos aprovechar para que estos foros, estas ideas sean efectivas. No es la primera vez ni será la última. Nuestro trabajo intenta que se den siempre las mejores condiciones. Crear, desde la nada, las condiciones afectivas…. muy a menudo.-Lo que me gustaría saber es, ¿dónde y cuando se ha realizado ese trabajo? Por ejemplo, ¿sabias que el presidente de la institución artística que te acoge lidera un grupo de empresas, en el sector de la aeronáutica, ligado a la industria militar? ¿Vas a traer a los mismos civiles congoleños que los aparatos fabricados por este señor han ayudado a bombardear? –No, no lo sabía. Otras veces hemos tenido sorpresas de este tipo y nos hemos acostumbrado a vivir nuestras en propias contradicciones. Nuestro beneficio no es desde luego el de ellos. Nuestro trabajo existe en países y naciones que no están limpias… tampoco nuestros secretarios de cultura. Sabemos que este reflejo, en última instancia es beneficioso, a menudo así se han solucionado los problemas. Los artistas, pero también el público, las mujeres que acuden a estos eventos, nos han dado las gracias por esto muchas veces. Claro que creo que tenía que haber tenido en cuenta el dato nuevo que me das sobre esta institución… Pero no soy yo quien tengo las manos manchadas de sangre y necesito lavarlas. Yo simplemente hago bien mi trabajo y se que hay cosas que nunca salen gratis.