Sandra Antelo-Suárez
La persecución religiosa indiscriminada, la confrontación del marxismo con la Iglesia, planteada sin rebozo desde el primer día republicano en Sevilla, fue una constante entre 1931 y 1936, sobre todo durante el Frente popular. Iniciada la guerra, la explosión de odio antirreligioso fue impresionante, de una crueldad primitiva. En la imagen, Cristo Roto del Museo del Requeté.