Raoul Haussmann
20 de julio de 1936. Imágenes mutiladas en el cementerio de Salobreña. Avances de la Causa general. Editora Nacional. F.E. Servicios Publicitarios de Falange Española y de las JONS. Salobreña. Granada.
20 de julio de 1936. Fotomontaje con varias cabezas entre vivos y muertos. Muro de fondo de un cementerio en Ibiza. Arquitecturas, notas y apuntes del dadádopho. Caixa de Balears Sa Nostra. Ibiza. Islas Baleares.
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El alzamiento había triunfado en Salobreña, pero la alegría duró apenas dos días. Un murmullo empezó a recorrer el pueblo hasta que los gritos de las mujeres y los niños anunciaban que llegaban al pueblo las hordas rojas. ¿Había alguna autoridad entre los revolucionarios que pudiera asegurarnos el orden y ofrecer garantías sobre las vidas de los inocentes? Llegaron grupos de gente, indisciplinados, de la columna que llamaban de “Pancho Villa” o de los otros, y actuaron con su poderosa maquinaria destructiva. En escasas horas arrasaron todas las imágenes de los templos, desmembrándolas y troceándolas, jugaban al balompié con las Cabezas de los Santos o usaban como blanco de tiro sus Semblanzas.
Esta obsesión del rostro llegaría, en Hausmann, hasta el grito: en él no se trataría sino de aullantes bocas de dientes amenazadores. Por otra parte, Hausmann estableció entonces su propia fórmula de poema fonético, destinado a ser gritado corno un desafío. ¿No sería obligado ver, en la ensambladura de elementos de escala diferente, la negación flagrante del realismo, la herencia de las distorsiones expresionistas y el influjo de los primeros planos cinematográficos? El cinema alemán atravesó entonces, de Caligari a Nosferatu, su período más glorioso. Comoquiera que sea, Hausmann llegó a los más sorprendes resultados con ciertos fotomontajes fantásticos, como Tatlin at home donde el cráneo humano se ve asimilado a una máquina.