14 de marzo de 1938. Delegados de la Junta fijando unos carteles protectores en la fachada del convento de Carmelitas de Afuera ocupado por las fuerzas del Campesino. Alcalá de Henares. Fototeca de Información Artística. Instituto del Patrimonio Histórico Español. Foto Aurelio Pérez Rioja.

29 de enero de 1979. La policía nacional precinta la entrada del Colegio Menor, en el número 99 de la calle Marqués de Viana, ocupado por los miembros del Ateneo Libertario de Tetuán. Madrid. La ocupación como analizador. www.ucm.es/info/america2/okupa.htm. Foto Trillo.

______________________

Se valoraban más por parte de la Junta de Recuperación aquellos edificios que habían sido ocupados y, de alguna manera, conservados por parte de las distintas milicias actuantes en el ejército rojo. A menudo los daños afectaban al mobiliario, permaneciendo en buen estado el inmueble.

Para los vecinos ha sido un alivio. Estaba la casa medio caída. Y estos muchachos y muchachas lo están arreglando, han acabado con las ratas, han dejado la fachada bonita. Estamos más contentos con éstos que con el Ayuntamiento. Y el tejado, que lo han arreglado también y se estaba derrumbando.

______________________

También comenzamos en agosto las campañas de propaganda destinadas a obtener la colaboración de las milicias y de las entidades incautadoras y convencerlas de que debían entregar las obras de arte de las que se habían apoderado. El Comité Nacional del Frente Popular había acordado a comienzos de agosto «apoyar con todo fervor» las actuaciones de la Junta comunicando que «los partidos políticos y organizaciones sindicales representados en el Frente Popular adoptarán las medidas necesarias para que el patrimonio artístico de la nación sea respetado y vuestra trascendental labor no encuentre obstáculos». Pero cabe dudar tanto de la capacidad de control sobre el sinnúmero de comités, círculos y milicias que decidían a su libre antojo como de la voluntad de colaboración de las entidades que lo integraban. De ahí la sistemática labor de persuasión a que se entregó la Junta desde los primeros días de agosto y que comenzó por una serie de notas de prensa y de radio dando a conocer su existencia y finalidad y exhortando a todos a colaborar. Todas ellas seguían el mismo guión: se describía la función de la Junta, se alababan las facilidades que brindaban los milicianos y su respeto por las obras de arte (que, se decía, pertenecían al pueblo y pasarían a engrosar los museos, atribuyendo un carácter definitivo a las incautaciones) y se presentaba la entrega de las obras como una liberación para las milicias, aludiendo a las «naturales impaciencias de aquellas organizaciones que quisieran salvar su responsabilidad».

Otro sector de los medios de comunicación que intenta dar una imagen más liberal mediante el tratamiento de sus noticias dan una mayor cobertura informativa a los movimientos sociales, como puede ser el fenómeno de okupación, dando una visión más benévola aunque tampoco mucho más beneficiosa, ya que transmiten también información parcializada en la que se oculta el mensaje político y revolucionario de las okupaciones en un intento de vaciarlas de contenido, con lo cual la información enviada a la población desde estos medios no hace peligrar ni cuestiona el sistema instituido, sino que por el contrario le hace un bien, ya que se da la visión de que existe y se permite la libertad de elección y de pensamiento. Posiblemente estos medios no pongan a sus receptores totalmente en contra de las okupaciones pero tampoco los pondrán a favor, simplemente harán que las toleren como un fenómeno inevitable en una sociedad «moderna y libre». Dentro de este sector de medios podría estar el diario El Mundo. Estos medios de comunicación de masas realizan una función institucionalizadora, en el sentido de que reflejan sólo la parte visible del movimiento, aquello que ya se presenta de una determinada manera, pero nunca yendo más allá en los motivos, causas y consecuencias de estos movimientos. Contribuyen a que estos movimientos dejen de serlo, aunque esto no ocurra en el caso de las okupaciones y el movimiento alternativo. Los medios hablan de la estética okupa, de la cultura okupa, de la tribu okupa… es decir, de aquello que llama la atención en un mundo donde lo exótico vende.