TESAURO

CRONOLOGÍA

ARCHIVO F.X.

MÁQUINA P.H.

LA INTERNACIONAL

PEDRO G. ROMERO

A

B

C

D

E

F

G

H

I

J

K

L

M

N

O

P

Q

R

S

T

U

V

W

X

Y

Z

#

Moneda restaurada

1 de octubre de 1937. Dos mitades, correspondientes a números de serie diversos. Primera emisión del ayuntamiento. Poble del Llierca, antes Sant Jaume de Llierca, antes Palau de Montagut.1300 habitantes. Provincia de Barcelona. Billete azul de 25 céntimos. Existe también azul de 50 céntimos y 1 peseta. Imprenta 61×101 mm.

 

1 de mayo de 1976. La mitad y la mitad no es el entero. Tibor Hajas. Budapest. De la serie Prótesis 1974-1976. Donde medio billete de florín húngaro es completado por otra mitad del mismo pero en fotografía. Centro Cultural Ganz-MÁVAG. Presentado en vitrína. Fotografía a tamaño real. 2 céntimetros de diámetro.

______________________

La imagen de un san Juan el Bautista que tras el saqueo de la iglesia de San Jaume fue demediada. El hacha había dado un tajo limpio a la escultura de madera y la había partido en dos. Un anticuario de Barcelona, en los años sesenta, ofrecía una de estas mitades, según consta en catálogo publicado. No se vendió ni el anticuario, después de diversas mudanzas, lo conserva. Pero si la fotografía. Ahora, con este hallazgo en Londres –seguramente procedente del botín de faísta de José S.– de la otra mitad de la figura del santo hemos recuperado un interesante ejemplar de escultura anónima del siglo XIII. También podemos constatar que la que exhibe un coleccionista particular de la Garrotxa –hubo un intento de compra por parte del Museo Comarcal– es una falsificación, quizás a partir de la fotografía o quizás conteniendo sólo una de las partes demediadas.

 

Sólo podemos señalar que la fotografía, su presencia en el mundo como útil cotidiano, legitima, re-legitima podríamos decir, el valor idéntico, y siempre diferente por el uso, del dinero. Si, en un primer momento, las nuevas técnicas de impresión –calcografía y billetaje tiene una cronología común– dan carta de naturaleza a la aparición del billete como sustituto del dinero metálico. El cotidiano uso de papel impreso –viejos periódicos usados para envolver un trozo de carne, tampoco hay que esperar a la alfabetización– desautoriza de alguna manera el papel moneda, a la vez que proliferan las falsificaciones. Curiosamente, la fotografía además de restituir la relación del billete con su real –ese patrón oro que estará en un Banco de Pest, en algún sitio– nos permite desarrollar fidedignas formas de falsificación.