I’ve got it all
20 de mayo de 1937. En el caso de Sant Feliu, la población pasó a llamarse “Roses del Llobregat” por la gran tradición del cultivo de esta flor. Emisión del consejo municipal. Roses del Llobregat, antes Sant Feliu de Llobregat. 7000 habitantes. Provincia de Barcelona. En el anverso, podemos ver, a la izquierda, la figura femenina de la “rosa”, símbolo de la población, sobre una diana mientras un Cupido vacía una cornucopia llena de rosas también. A la derecha, la figura masculina de un trabajador golpeando el yunque en la fábrica, con la rueda dentada como alegoría de la industria. En el reverso, una familia descansando en medio de una plantación de rosas en la que se continúa trabajando simboliza la fecundidad y ensalza la reproducción y el regalo que en esta ciudad se tenían como patrimonio. Billete marrón de 50 céntimos. Existe también negro de 1 peseta y marrón de 2 pesetas. 64 x 108 mm.
20 de mayo de 2000. Tracey Emin. La imagen es una fotografía de una acción realizada por la artista Tracey Emin (Gran Bretaña, 1963) “I’ve got it all”(Lo tengo todo, 2000). La acción de Emin nos sitúa ante el primer uso de goce que recoge la RAE: “goce de sus riquezas”. El modo en que la artista acerca billetes y monedas con las piernas abiertas hacia su sexo, puede leerse como un juego entre la figura de la artista y la figura de la prostituta. También puede sugerirnos la posición fálica que da título a la acción “Lo tengo todo”, donde el dinero viene a sustituir la falta… La acción de Tracey Emin bien pudiera querer parodiar las tres lecturas anteriores, la de puta asociada a una mujer artista que gana dinero con su trabajo, y la psicoanalítica. TRACEY EMIN, I’ve got it all, 2000. Fotografía digital dispensada en impresora laser. Tamaño de la impresión: 48 x 36 in. (121.9 x 91.4 cm).
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A la quema y destrucción del templo –las piedras se tiraron al río Llobregat hasta que desaparecieron, solo quedo en pie la torre del campanario para uso municipal, conocida en la región como “la verga”– siguieron varios días de celebraciones y juergas. Las fábricas de los alrededores acogieron estas fiestas. En el local de exposición de rosas, donde se celebraban habitualmente las ferias comerciales, las mujeres organizaron una velada donde impidieron la entrada a los varones. Una de ellas se había hecho con la casulla de San Lorenzo, un reliquia que la parroquia conservaba desde el siglo XVII, y en torno a esta prenda se celebro la farra –la prenda acabo quemada en la parrilla donde se habían asado algunos lechones de cerdo-. Apareció desnuda bajo la misma mientras, a su paso por los corros en un improvisado desfile, todas le iban prendiendo rosas en la misma trenca. Como un enorme ramo de flores llegó hasta la hoguera donde se desprendió de la casulla, apareciendo totalmente desnuda e impúdica delante del fuego profanador. Distintos testigos hablaron de una celebración orgiástica y las describieron como aquelarre de brujas.
En la imagen, esta Danae posmoderna se cubre el coño con dinero en tal actitud de desparpajo que parece develar el dispositivo entre valor de uso y valor de cambio que engendra la relación genitales-dinero. Si he dicho que el trabajo de Emin nos envuelve en la dinámica entre víctima y victimario ha sido porque en ella la culpa cede el paso a su utilización como mercancía y a su explotación como mecanismo ya no de coerción, sino de producción, en la que nos envuelve como espectadores pasivos-activos a partir de dicho mecanismo. La obra de Emin, por momentos “cursi” y por momentos violenta, transita entre la felicidad y el dolor; entre el perdón y el olvido; entre la venganza y la justicia o la confesión y el reclamo. Su producción se ubica en los dos lados de la moneda ¿Al mismo tiempo? Especula: a veces el mecanismo tiende a un sólo lado, en otras juega a la víctima y al verdugo, otras simplemente rebasa esta lógica ambivalente.