TESAURO

CRONOLOGÍA

ARCHIVO F.X.

MÁQUINA P.H.

LA INTERNACIONAL

PEDRO G. ROMERO

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Hany Rashed

Agosto de 1936.  Restos de tallas procedentes de la Iglesia de San Miguel, Ermita del Carmen, Parroquia de Santo Domingo de Guzmán y Real Convento de la Encarnación. Mula, Murcia. Fotografía Belda. Consejería de Cultura. Comunidad Autónoma de la Región. Museo de Bellas Artes de Murcia.

 

Febrero de 2003. Monotipos de Hani Rashed, Mohamed Abla [1], Hassan Khan [2] y Golo [3]. Fundació Antoni Tàpies. Barcelona. Representaciones Árabes Contemporáneas. El Cairo. Tamáss. Arteleku [4] e Unia arteypensamiento [5]. Centro José Guerrero. Granada. Witte de With [6], Rotterdam.

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La destrucción de esta iglesia durante la guerra civil fue enorme, solamente se salvó la cancela de la entrada, el resto de la decoración tanto pictórica y esculturas se destruyeron por completo. Del primitivo altar se sabe que hubo un baldaquino muy al gusto barroco con pinturas en las paredes, muy superior al actual. Las destrucciones eran fruto de la guerra, puesto que los ataques en la ciudad, sin diferenciar todavía el carácter civil o religiosos de los edificios atacados, eran ya parte de la respuesta violenta a la agresión bélica del golpe de estado. Atacar los edificios que no iban a ser necesarios, los de carácter religioso, mientras se respetaban los de índole exclusivamente política que si iban a ser utilizados por el nuevo orden republicano que surgiría tras la guerra.

 

Si acaso pudiera hablarse de cercanías con el hiperrealismo, tendríamos que detenernos en la obra de Hany Rashed, pero cuando este aborda la temática de los viajes aéreos, nos hace pensar más en la deconstrucción mítica de un fenómeno contemporáneo. Hani Rashed es autodidacta, muestra una serie de personajes salidos como de unas larvas, y su visión es de una desgarrada humanidad, al estilo de Schiele. Superpone a las imágenes de la ciudad las fotografías de los rostros de quienes son sus protagonistas anónimos. Alejados todos ellos de la visión folklórica y exótica de la ciudad, obsesionada por el orientalismo, buscan por diversos caminos el pulso de la vida y los contrastes de la metrópoli. Un ejercicio de libertad, también política.