Cristina Lucas
11 de mayo de 1931. Convento del Servicio Doméstico o Asilo de María Inmaculada. Málaga. Destrozo de imágenes en el convento del Servicio Doméstico. Primer incidente de las jornadas revolucionarias del mayo malagueño. La imagen, a las puertas del convento asaltado, fue apodada por los revolucionarios como la libertad guiando al pueblo. Fotografía: Leovigildo García. Archivo Narciso Díaz Escobar.
20 de noviembre de 2009. Centro de Arte Dos de Mayo. Móstoles, Madrid. La liberté Raisonée, apropiación de la imagen pictórica del emblemático cuadro La Libertad guiando al pueblo, para crear una secuencia donde los personajes en la composición toman vida. La des-petrificación de la libertad, en vez de ser celebrada como acto emancipador, resulta una trágica historia. Vídeo: Cristina Lucas. Colección CA2M.
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Las mujeres capitaneaban a los vándalos. Con sus gritos enfurecidos arremetían contra las que, hasta hace pocas horas, eran sus iguales. Las monjas huyeron mientras grupos nutridos de mozalbetes y niñas salieron detrás de ellas abucheándolas. La escayola con el busto de Pío IX resultó destrozada a mazazos con el consabido “tomo y lomo, Pío nono”. Se dice que a punto estaban de prender fuego al edificio cuando llegó el gobernador de Jaén, quien arengó a las presentes para que depusieran su actitud.
Cristina Lucas actúa como una iconoclasta. “Habla, habla”, le dice a una reproducción del Moisés de Miguel Ángel, después de destrozarla a mazazos. Y también la violencia, esta vez en tono festivo, es la acción repetida por jóvenes, con palos y botellas sobre el busto del venerable Rousseau [1]: ese encantador pensador ilustrado que supo elogiar al buen salvaje frente al civilizado mientras dictaminaba que el “destino natural” de la mujer era “agradar al hombre”.