Billete
5 de noviembre de 1937. Como una aparición, la fuerza del campesino. Emisión del ayuntamiento sin fecha. Llavaneres de Montalt, antes Sant Vicenç de Montalt.1100 habitantes. Provincia de Barcelona. Billete azul de 1 peseta. Existe también rojo de 50 céntimos. Imprenta Colectivizada por CNT, calle Casanova, Barcelona. 62×100 mm.
1 de mayo de 2000. ¡Virgen de Guadalupe! ¡Milagrosa! Cesar Martínez, Acto de fe. México D.F. En el billete de cien pesos mexicanos se aparece, entre el cuadro y la filigrana y en media transparencia, la Virgen de Guadalupe. Billete offset estampillado: “Billete Cultural, Sin Valor”. Sobre un billete de 100 pesos mexicanos.18,70 x 8,50 cm.
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Del mismo modo que se cambio el nombre de la población, ahora Llavaneres de Montalt –aunque en la grafía de los billetes emitidos por el ayuntamiento la ortografía es Montal- se modificó el uso del templo, propiedad ahora del Sindicato Agrícola y convertido en dispensario de grano. Los milagros seguían produciéndose a pesar de esta transformación. Los vales municipales eran intercambiados por el trigo y en esa facilidad vieron los paisanos algo sobre natural. El sindicato no pudo impedir agradecimientos en forma de velas y oraciones. Durante todo 1937 este ambiente lúdico operó a favor del pueblo y la lejanía del frente de guerra deslizó al pueblo en un relativo optimismo. En los días de descanso se realizaban bailes –con romanzas y rítmicas de la tierra- donde los vecinos lucían las dos valiosas casullas de San Vicenç tomando ahora un cariz carnavalesco. Las ideas comunitarias prevalecían –que la casa rectoral de la parroquia la ocupara el comité local ayudaba, en cierta forma, a esto- y pronto la necesidad de conciliación hizo correr el rumor de que el incendio del templo, por ejemplo, había sido obra de una mano anónima y forastera.
Sin embargo, su obra no es una provocación ingenua o inocente. La forma singular que tiene de expresarse plantea una transgresión transformativa, un perpetuo performance. César Martínez, artista-performance, explosivo, plasma su conciencia del mundo con ironía corrosiva a través de la acción. Durante la última década del siglo XX, grabó en acero las imágenes de un corazón apasionado y al terminar el siglo encendió las velas de cuerpos sin esperanza. ¿Cuál es su intención? Ser un practicante lúdico, que juega con la elasticidad tanto del lenguaje plástico como del escrito (sinalefa y aliteración, ritmo y articulación hablada) que se modulan conforme el artista madura las ideas que impulsan su necesidad expresiva. En este sentido, Martínez no nos vende una afiliación ideológica ni hace depender del contexto político presente a su expresión creativa. Para él, ser artista significa ser independiente, intelectual, económicamente hablando. Y nos ofrece una lectura del mundo como colectividad desde una experiencia individual, independiente.