Julio de 1909. Convent de les Carmelites de Les Corts, després d’haver estat cremat durant els fets coneguts com a Setmana Tràgica. Barcelona. Brangulí, Fotògrafs.

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Comenta aquí el caso del colectivo Bernadette Corporation, que ha intentado alumbrar una relación nueva con la mercancía, diferente de la que postulaba la abstención protestante o el rechazo desdeñoso de inspiración adorniana. Ellos, acaso lectores de Bataille [1] (toda la cultura contemporánea, lo sepa o no, es una gran deudora de Bataille), propugnan una relación que “reconoce el hechizo de la mercancía”, y no pretende poder escapar de él a través del desprecio. Se entrega a su seducción y al mismo tiempo la destruye. ¿Cómo funciona esto? “No sé como funciona exactamente la idea de Bernadette Corporation y probablemente es sólo un modo poético o retórico. Pero me fascina como idea. Siempre me ha parecido muy importante en los movimientos políticos de jóvenes la constelación paradójica, pero muy real, según la cual en la mercancía estaría la utopía como sueño invertido, como un futuro mejor presente en el mundo. Y hay que hacerla real no a través de sujetarse a la sociedad que produce estas mercancías ni a sus leyes, sino atacando las mercancías concretas, empíricas. Si se trata de realizar lo que sólo promete la mercancía, es evidente que hay un material utópico más real y brillante que la abstención y el ascetismo”.