Iglesia de Nuestra Señora del Tura. Olot. La Garrotxa. Gerona.  Interior incendiado en 1936. Fotografía de las obras de restauración en 1939. Vista lateral del interior del templo. Fotografía de. Josep Danés Torras.

 

Viviendas sociales/“Siedlung” Im Fang. Vista del edificio 3 y galería de acceso. Proyectado por Dietmar Eberle, Markus Koch, Wolfgang Juen y Norbeert Mittersteiner. En Höchst, Voralberg, entre 1978 y 1979.

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L’església fou cremada el dia 25 de juliol, i s’enderrocà la part superior del campanar i es destruïren diverses imatges. S’hi realitzaran obres (finals de 1936 i principis de 1937). El 31 de març de 1937 l’Ajuntament l’oferirà a unes industries de guerra, i n’esdevindrà, poc després, magatzem.

 

En Austria existe un debate específico sobre la vivienda, que se remonta al periodo de entreguerras –la época gloriosa de la “Viena Roja”, bajo el gobierno de la socialdemocracia-, a las “supermanzanas”, al movimiento vienés de las Siedlungen en los años 20 y 30, y a las confrontaciones con el Werkbund alemán. En los últimos años se han producido modelos alternativos en el campo de la vivienda contemporánea, especialmente en las regiones de Voralberg, Steiermark y Viena. En Austria, la vivienda no es legalmente un producto, por lo que no se puede negociar con ella como entantos otros paises. La administración garantiza la oferta de una vivienda humana y asequible, pero ello retrae a la vez la fuerza renovadora de un mercado más libre respecto a una mejora cualitativa y una mayor agilidad en satisfacer las nuevas necesidades. Una legislación extremadamente proteccionista garantiza un estándar mínimo excepcionalmente alto, lo que puede llegar a propiciar la inmovilidad en una comodidad autosuficiente. En este  contexto deben valorarse los nuevos intentos, a partir de 1975, en la promoción de viviendas por parte de comunidades y cooperativas, por realizar una arquitectura ajustada a su tiempo, que deje un mayor margen a los procesos participativos, a la autoconstrucción y a un amplio conjunto de ideas renovadoras.

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Pues bien. Era ahora hace tres años que el canibalismo marxista olotense constituído en Comité sovietico, presupuestaba la suma de (80.000 pesetas para la demolición de nuestro venerado templo. No estaba todavía satisfecho su ateísmo feroz con haberlo incendiado el día 25 de julio anterior. Debía ser asolado, pues el fuego que le pusieron no hizo más, según ellos, que quemar trastos viejos. Quedaban las paredes y bóveda que constituían una esperanza para los fascistas olotenses y con la piqueta demoledora debíase arremeter contra ella.

 

Voralberrg, en cambio, debe considerarse como un caso excepcional, y no sólo en el marco austríaco. Aquello que a finales de los setenta y principios de los ochenta se habría de conocer a nivel internacional como la “Escuela de Arquitectura de Voralberg” no era una escuela en el sentido tradicional. A diferencia de lo ocurrido en Estiria o con el “proyecto Salzburgo”, allí se había generado, paso a paso, un movimiento colectivo, “desde abajo” a favor de una arquitectura racional, económica y ajustada a su tiempo. Al margen de las Escuelas Superiores, distanciadas del establisment cultural y birocrático, este movimiento no dependió sólo de los arquitectos, sino fundamentalmente de las promotoras. Surgidos en un contexto alternativo, estos arquitectos tuvieron la posibilidad de alcanzar -–n los años ochenta- un grado de actividad notable y de acceder –en los niveles intermedios- a la construcción de viviendas sociales y para cooperativas. De este modo se fraguó en esta pequeña región, sin apoyo oficial y de forma un tanto “subcutánea”, un clima arquitectónico que propició a finales de los ochenta se produjera la superación de la escala de los proyectos de casas en Siedlungen o de viviendas unifamiliares, al tiempo que un denso conjunto de premios en concursos marcaba el espectro de los encargos oficiales y de mayor entidad. Si puede hablarse de una fecha en este proceso, debemos situarla también cerca del final de los setenta: en 1978 empieza la labor de la “Cooperativa” en Dornbirn. Su dinámica activó decidivamente el campo de la vivienda comunitaria y económica. De otro lado, aquellos arquitectos surgidos de la “Cooperativa”, realizaron posteriormente una importante labor en beneficio de la apertura de la escena a encargos de mayor entidad y a favor de la internacionalización del fenómeno de Voralberg.

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Y así fue como se dio comienzo a la destrucción de la iglesia de Ntra. Sra. Del Tura. Que nadie ni nunca más pudiese acordarse del milenario aposento mariano. Hecho trizas el sagrario de la secular devoción olotina, quedaría aniquilado para siempre el fanatismo en la destronada Reina.

 

El malestar frente a la enseñanza académica y alejada de la práctica hizo que un grupo de estudiantes en Viena procedentes de Voralberg se unieran para apoyarse mutuamente. Querían realizar un edificio de viviendas extremadamente económico, en el que los vecinos pudieran colaborar en la construcción y en la toma de decisiones. Para su ejecución se eligió un sistema de construcción en madera, comprensible incluso para los profanos en la materia. Cinco casas de dos y tres plantas se aglutinaban en un solo edificio con un patio interior cubierto. En esa zona se disponen los accesos a las viviendas y las dependencias comunes. Construir colectivamente, vivir colectivamente. Ese era el lema. Este provocativo experimento construido constituyó el punto de partida, a mediados de los setenta, de la segunda generación de los “Arquitectos de Voralberg”, cuyo concepto de “inteligencia de la sencillez y la economia” definínia una nueva calidad de la arquitectura.

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Pero la maldad roja era más perfida aun. Para el inicio de su obra destructora escogió el mismo día en que se conmemora el Natalicio de la Virgen, la jornada del 8 de Septiembre que tiene impresa su dulce huella en lo más íntimo del ser local, la dorada festividad en que desde tiempo inmemorial la población católica, decente y honrada de Olot se viste con sus mejores galas, siente enardecer su fe religiosa y al vibrar de su corazón patriota expansiona su amor fervoroso por todo lo eminentemente suyo, tradicional y de pura raigambre en su alma olotinísima.

 

A finales de los ochenta se produce un salto cuantitativo en el campo de la arquitectura resindencial en el Voralberg, en el que los mienbros de la “escuela de  Voralberg” se integran en la ciudad y colaboran con los grandes promotores convencionales. La Siedlung de viviendas en hilera Wuhrbaumweg tiene una estructura básica sencilla, que permtió a sus habitantes disponer de numerosas variantes de plantas y fachadas, así como colaborar activamente en la ejecución. Una condición para ello fue la concepción de las fachadas como estructuras ensambladas de maera, con una sistemática modular que hacía posible una ubicación individualizada de los paneles, las ventanas fijas o las ventanas practicables. Los corredores de acceso, dispuestos a lo largo de los grupos de viviendas, funcionan como pasajes amplios y soleados que, en ciertos puntos, se dilatan a modo de informales plazas.

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La revolución marxista profanó y redujo a pavesas el archivo de nuestros amores, la casa solar de los olotenses, el tesoro de la ciudad, el templo sacrosanto de nuestra patrona la Virgen del Tura. Hora es ya que, con el esfuerzo de todos, procedamos a la reconstrucción adecuada. Es un deber ineludible que tenemos impuesto, como cristianos y como bien nacidos.

 

Dentro de los imperativos y limitaciones de la vivienda de protección oficial puede existir una arquitectura innovadora. No se trata de crear utopías visuales para un mundo mejor o incluso metáforas visuales para un mundo intacto, se trata más bien de ser como el lobo bajo la piel del cordero. Para analizar las petrificadas normativas de viviendas sociales y poder implementar alternativas, es necesario utilizar las condiciones dadas de tal modo que, siendo sutilmente diferentes, puedan ser aceptadas plenamente por el promotor.

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Tothom se’n planyia: a primers d’octubre ja havia desaparegut l’agulla més alta del campanar; aleshores digueren si’s respectarien les quetre parets, per utilitzar l’edifici per una cosa o altra; tot i que la Generalitat hagués dictat en octubre un decret prohibint que s’aterressin esglésies velles, a mug novembre els treballs del tura encara continuaven, i ja s’hvia aterrat gairebé tota la part de lédifici que, donant al carrer de la proa, constituía el que se’n deia la casa del capellà, puix que era on el Sacerdot de l’església, tota l’altra part d’edifici o era aterrada o a mig aterrat, quedant a tot volt enormes munts de pedra i runes per treure, i resultant al cap d’avall la comparescència d’una grossa esquerda en la pared d’a llevant del temple, que, per evitar tota possible desgràcia, s’hagué d’apuntular, mitjançant taulons que atravessaven tot el carrer de la Proa, fins a les façanes de les cases de l’altre costat. Cap a mig 1937, les obres d’enderroc ja suspeses, s’utilitzà l’eglésia com a magatzem d’una enorme cantitat de bales d’espart, que es deia si eren per una fàbrica d’exploxius que es construïa a La Canya, on abans hi havia hagut la casa Porxes.

 

La obstinación utópica no tiene mucho valor; incluso puede alterar el trabajo sistemático en aras de satisfacer las necesidades del momento. En última instancia, la reforma de las viviendas es una cuestión política. Los principios aislados de muchos arquitectos nos parecen por tanto problemáticos y poco realistas.

 

 

 

 

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El hecho es: los clericales cometen los mayores errores, los socialistas son la ruina, ¿coalición?, ¿la iglesia?, ¡qué mentiras son ésas!, esos dos procesos, el instinto gregario, un engaño, un gigantesco engaño, para el votante de la masa, una cifra astronómica, la igkesia: engaño para los mediocres, innobles, carentes de talento, ¡en eso tiene razón!, ¡también en eso!, ¡también en eso!, las raíces están mucho más profundas: en la agricultura, los clericales refuerzan a los comunistas, los comunistas a los socialistas, los liberales a los clericales, todos juntos conducen al comunismo, no hay sistema, un canalla abyecto, un rufián, una calumnia, una tragedia que les costará a todos la cabeza, ¿protestas?, ¿asambleas?, ¿proclamas?, ¿pancartas?, ausencia de movimientos clandestinos, ése es el mérito de los acuerdos de W. y K. y de S. y TZ., de ese canalla de A. Con su artimaña canalla, las misiones, las sociedades, las formalidades, Europa a la hoguera, ¿qué le parece si nos tomamos un vermú? Naturalmente, abajo en mi habitación, levantan los vasos y beben, continúan: impuesto sobre el patrimonio, impuesto eclesiástico, impuesto sobre la propiedad inmobiliaria, céntimos para la cultura, todo eso clama al cielo, nuestro país en una ridiculez: una manchita de porquería en el mapa, nada más que una manchita de porquería musical.