TESAURO

CRONOLOGÍA

ARCHIVO F.X.

MÁQUINA P.H.

LA INTERNACIONAL

PEDRO G. ROMERO

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Antropófagos

1936. En la Iglesia del Carmen, las calaveras son expuestas en un altar mientras los herederos de la “sub-intelectualidad” vistiendo con ropas sacras, hacen mofa de ellas en plena Iglesia. Madrid. Manuel Sánchez Camargo. Persecución religiosa en Madrid. Historia de la Cruzada Española. Volumen IV. Tomo XVIII., mayo de 1942.

 

1928. Imagen y artículo fueron publicado originalmente en la revista Piratininga, Año 374 da Deglutição do Bispo Sardinha. Saõ Paulo. Oswald de Andrade. Manifiesto antropófago. Revista de Antropofagia, Año 1, No. 1, mayo de 1928.

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Pero los milicianos tienen que desfogar con algo sus ímpetus de vandalismo y sacan del templo varias imágenes. En ellas ejecutan horrendas profanaciones, las mutilan y arrastran en medio del jubiloso vocerío de un público soez que acude a presenciar el espectáculo. Otros milicianos cuelgan de las ventanas ropas y ornamentos sagrados y sustraen cuánto hay de mayor utilidad en las viviendas de los sacerdotes. Afluyen a todo esto más milicianos y gente de la peor calaña, que se entregan al saqueo del templo, llevándose imágenes y objetos de culto. En los días que las milicias permanecen en el templo organizan grandes orgías, desentierran los cadáveres de las religiosas y los exhiben, en actitudes obscenas y bufas, a un público que llena enteramente la iglesia profanada y que se solaza con el macabro espectáculo.

 

La alegría es la prueba del nueve. La lucha entre lo que se llamaría Increado y la Criatura –ilustrada por la contradicción permanente entre el hombre y su Tabú. El amor cotidiano y el “modus vivendi” capitalista. Antropofagia. Absorción del enemigo sacro. Para transformarlo en tótem. La humana aventura. La terrenal finalidad. Pero, sólo las puras elites consiguieron realizar la antropofagia carnal, que trae en sí el más alto sentido de la vida y evita todos los males identificados por Freud [1], males catequistas. Lo que sucede no es una sublimación del instinto sexual. Es la escala termométrica del instinto antropófago. De carnal, él se vuelve electivo y crea la amistad. Afectivo, el amor. Especulativo, la ciencia. Se desvía y se transfiere. Llegamos al envilecimiento. La baja antropofagia aglomerada en los pecados del catecismo –la envidia, la usura, la calumnia, el asesinato. Plaga de los llamados pueblos cultos y cristianizados, es en contra de ella que estamos actuando. Antropófagos.